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Más competencia y menos complejidad: La CFPB trabaja para bajar precios en el mercado de tarjetas de crédito

Los consumidores enfrentan decisiones complejas en torno a los precios en una multitud de mercados financieros. La gente se da cuenta de ello cuando planean sus vacaciones de verano. Desde los vuelos, hasta los coches de alquiler y las entradas a parques temáticos, todos incluyen muchas cláusulas y tarifas escondidas que no se reflejan en el precio mostrado. Algunos argumentan que una amplia gama de opciones de precios les da a los consumidores más opciones, pero nuestra reciente investigación (en inglés), sugiere que precios más complejos llevan a que los consumidores paguen peores tarifas y precios más altos.

En un mercado que tiene precios complejos y difíciles de evaluar, las empresas pueden enriquecerse con costos ocultos, o utilizar estrategias de precios para inhibir la comparación de productos y los cambios a otras cuentas. Los complicados sistemas de fijación de precios tienen un impacto especialmente negativo en los consumidores del mercado de tarjetas de crédito. Los 190 millones de personas que usan tarjetas de crédito en el país, hoy en día tienen más de $1 billón en deudas pendientes (en inglés). Los precios de las tarjetas de crédito a menudo incluyen una enorme variedad de factores, entre ellos, tasas porcentuales anuales, anualidades, recompensas, bonos por subscripción y una variedad de penalidades por atraso, tarifas por adelantos de efectivo y más. Nuestros análisis del mercado de tarjetas de crédito sugieren que los consumidores enfrentan importantes barreras para comparar precios imparcialmente y para encontrar una opción de bajo costo.

Las compañías de tarjetas de crédito dominantes no ofrecen los mejores términos ni tasas de interés

Las 30 principales compañías emisoras de tarjetas de crédito representan alrededor del 95 por ciento de los saldos pendientes. Las 10 principales empresas, por sí solas, representan el 83 por ciento. Nuestro reciente análisis (en inglés), encontró que los grandes bancos ofrecían peores condiciones y tasas de interés más altas que los bancos pequeños y las cooperativas de crédito, independientemente del puntaje crediticio del consumidor. Nueve de las compañías de tarjetas de crédito más grandes, reportaron al menos un producto con una tasa porcentual anual máxima de más del 30 por ciento. Sólo otras seis empresas encuestadas reportaron productos con tasas tan altas. En comparación, las compañías de tarjetas de crédito más pequeñas tendían a presentar ofertas mucho mejores de tasas de interés; en todos los niveles de crédito, las pequeñas empresas ofrecían tasas entre ocho y 10 puntos porcentuales más bajas que las empresas más grandes.

Cuando un pequeño grupo de empresas domina el mercado, puede ser mucho más difícil para los competidores más pequeños abrirse paso hacia los consumidores, incluso ofreciendo precios mucho mejores. Tener esta significativa cuota del mercado también les facilita a las grandes empresas tener estrategias de mercadeo llamativas, como el respaldo de celebridades, entregar bonos por suscribirse, y hacer campañas publicitarias online. Las tácticas de mercadeo de las grandes compañías emisoras de tarjetas de crédito no sólo pueden dificultar que las empresas más pequeñas se hagan notar, sino que también complican los factores que los consumidores deben evaluar, ocultando características importantes como las tasas de interés o las tarifas.

Las tarjetas de crédito con recompensas pueden resultar costosas para muchos consumidores

Vender su programa de recompensas es una táctica de mercadeo común entre las grandes compañías emisoras de tarjetas de crédito, lo que suma otra capa de complejidad además del costo y beneficios, a las opciones de tarjetas para comparar que tienen muchos consumidores. Las recompensas de las tarjetas de crédito ofrecen la promesa de ganar dinero mientras se gasta dinero, por lo general entregando “puntos” basados en el volumen de gasto, que permiten a los consumidores recibir reembolsos en efectivo, o comprar artículos y servicios en comercios asociados, por el valor de sus puntos acumulados. Canjear esas recompensas puede ser en sí mismo, un proceso complicado y confuso, con restricciones, fechas de vencimiento y valores de puntos variables según cómo sean canjeados.

Estamos haciendo análisis más detallados de los riesgos creados por los programas de recompensas de las tarjetas de crédito, pero incluso nuestras revisiones preliminares, ponen en duda el valor de estas recompensas para algunos consumidores. El año pasado, reportamos que aquellos consumidores que mantienen deudas de mes a mes en lugar de pagarlas, ganan sólo el 27 por ciento de las recompensas dadas por las principales compañías de tarjetas de crédito, mientras que pagan el 94 por ciento de los intereses y cargos que cobran esas compañías. Para los consumidores con estos saldos rotativos, la APR y el programa de cargos de sus tarjetas pueden ser más relevantes que las promociones de reembolsos de efectivo o las bonificaciones por suscribirse.

El aumento de las tasas de interés ha impulsado las ganancias de las compañías de tarjetas de crédito

Durante la última década, las compañías emisoras de tarjetas de crédito han podido aumentar las tasas de interés de manera silenciosa y constante, usando este incremento (en inglés) para impulsar sus ganancias, a pesar de la relativa estabilidad de los riesgos del crédito. La diferencia entre la tasa porcentual anual y la tasa preferencial ha alcanzado un máximo histórico, lo que representa alrededor de 4.3 puntos porcentuales adicionales en tasas de interés durante ese período.

Estos aumentos en los márgenes de las tasas se han producido a pesar de que el índice de cuentas en incumplimiento es más bajo y existe una relativamente estable proporción de tarjetahabientes que tienen puntajes de crédito bajos, lo que genera rendimientos (en inglés) significativamente más altos que otras actividades bancarias.

Este margen excesivo tiene enormes efectos: en el año 2023, los principales emisores de tarjetas cobraron a los consumidores alrededor de $25 mil millones en intereses adicionales debido a ese mayor margen en la APR, una parte considerable del total de $105 mil millones pagados en intereses por los consumidores.

Muchos consumidores están pagando más en intereses y tarifas, que en el capital que deben, y en el 2022 les cobraron alrededor de $130 mil millones en intereses y cargos. De ese total, alrededor de $105 mil millones se adeudaban en intereses y representan el costo principal de las tarjetas de crédito para los consumidores.

Las herramientas de comparación manipuladas pueden ocultar las opciones de bajo costo

A pesar de que existen bancos o cooperativas de crédito más pequeños que ofrecen tasas de interés o tarifas anuales más bajas (en inglés), los consumidores continúan eligiendo a los principales emisores. Una de las razones de esto, es que muchos consumidores utilizan herramientas online de comparación para tomar decisiones acerca de cuál tarjeta es la más adecuada para ellos.

En el mejor de los casos, estas herramientas ayudan a los consumidores a navegar por algunas de las complejas estructuras de precios y variedad de opciones de tarjetas de crédito, pero en el peor de los casos, los consumidores pueden ser dirigidos hacia una lista manipulada de resultados o patrones digitales maliciosos, que existen como consecuencia de los incentivos ocultos que pagan las compañías de tarjetas de crédito a los operadores de las herramientas. Nosotros estamos trabajando para garantizar que la publicidad digital de productos financieros no sea disfrazada como consejos imparciales y objetivos para los consumidores.

En la CFPB hemos expresado nuestra preocupación por el hecho de que, a medida que la industria de las tarjetas de crédito se ha vuelto más concentrada en los últimos años, les sea más fácil a las empresas dominantes aumentar sus tasas y tarifas. Mientras tanto, entre otros cambios a realizar, nosotros continuaremos fomentando una mayor claridad y competencia en el mercado de tarjetas de crédito, y monitoreando los montos cobrados en tarifas e intereses en toda la industria financiera.

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